viernes, 12 de noviembre de 2010

LA CIENCIA DEL AZAR II

Seguimos en este artículo sobre los inventos que se hicieron por “casualidad.”

PENICILINA


El descubrimiento de la penicilina de Alexander Fleming es un claro ejemplo. Ocurrió en 1928, cuando se dejó una placa de un cultivo con la bacteria del stafilococo en la mesa de su laboratorio y se fue durante dos semanas de vacaciones. A su vuelta, comprobó que el cultivo se había contaminado con un hongo que impidió que creciera la bacteria. Había descubierto ¡el antibiótico









NOTAS POST-IT
En 1970, el químico Spencer Silver estaba trabajando en el desarrollo de un pegamento muy fuerte, en los laboratorios de investigación de 3M. Pero no consiguió sino un adhesivo que no pegaba mucho. Al separar dos trozos de papel pegados, se dió cuenta que el pegamento se quedaba tanto en un papel como en el otro; le pareció un invento bastante inútil. Cuatro años más tarde, uno de sus colegas que cantaba en el coro de la iglesia tuvo una idea brillante. Siempre utilizaba puntos de libro para señalar las páginas en el cantoral, pero todo el rato se le caían. Entonces, se le ocurrió ponerles una capa de la pega de Spencer. Como por arte de magia, ya no se movían ni se rompían las páginas al sacarlos. Habían nacido las notas post-it. Actualmente, es uno de los materiales para oficina más vendidos.

CELOFÁN
La idea del celofán, el envoltorio de papel transparente más conocido, apareció en la mente de un ingeniero textil suizo, Jacques Brandenberger cuando estaba sentado a la mesa en un restaurante. Al ver que a un comensal se le había derramado el vino y había manchado todo el mantel, volvió a su laboratorio convencido de que descubriría algún modo de cubrir la tela con una capa transparente que la volviera impermeable. Hizo muchos experimentos con distintos materiales y una de las veces, aplicó a la tela un líquido viscoso. El experimento falló porque la tela quedó toda tiesa y quebradiza. Sin embargo, Brandenberger se dió cuenta de que la capa se podía separar y quedar como una hoja transparente que podía tener otras aplicaciones. Hacia 1908, desarrolló una máquina que producía unas láminas transparentes viscosas a las que llamó celofán.

VELCRO
El cierre de velcro lo inventó en 1941 el ingeniero suizo George de Mestral. La idea le vino cuando paseaba por los Alpes al fijarse en cómo se pegaban las espiguillas de la setaria en su ropa y en el pelo de su perro. Examinó las setarias con el microscopio y decidió diseñar un cierre singular copiando los ganchos microscópicos de las espiguillas. Aunque de Mestral al principio no tuvo demasiado apoyo y hasta se rieron de él, se mantuvo en sus trece. Sirviéndose del método de la prueba y el error, comprobó que el nylon, cosido con rayos infrarrojos, formaba unos ganchitos resistentes que se pegaban muy fácilmente a una tela de nylon más suave y aterciopelada. El nombre de velcro viene de la palabra francesa velours (terciopelo) y la inglesa crochet (gancho).






La suerte no basta en esos descubrimientos clave. Los científicos o inventores tienen que tener una mente abierta y preparada para detectar y comprender la importancia de esos incidentes imprevistos y utilizarlos de manera constructiva. Como dijo en su famosa frase el científico francés Louis Pasteur: "En el campo de la observación, la suerte favorece sólo a la mente preparada".

1 comentario:

  1. Muy interesante el artículo sobre descubrimiento al azar , por leermelo me pondrá un positivo no profesor.

    Elías MB

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